A lo largo de nuestro viaje por la historia del papel desde su invención hasta la actualidad, en esta segunda etapa, descubrimos cómo abandonó los territorios chinos para experimentar la primera ola de difusión en Europa.
El protagonista del primer experimento para la creación del papel fue Ts’ai Lun, un gran dignatario de la corte que, en el año 100 d.C., intentó trenzar fibras para obtener un material ligero y resistente.
La segunda etapa del papel coincide con una guerra, como solía pasar y, más precisamente, con la guerra librada entre los árabes, que intentaban expandirse hacia Oriente y los habitantes de Turkestán, que contaban con el apoyo de los chinos.
La difusión del papel de la mano de los árabes
En la batalla de Artlakh, a orillas del río Talas, en el año 751 d.C. los árabes lograron dos resultados: llegar hasta las fronteras de China y conocer el procedimiento para fabricar papel, que fue descubierto, precisamente, por un papelero, hecho prisionero y llevado a Samarcanda.
A partir de ahí, la invención se difundió por toda la cuenca del Mediterráneo y en Europa: alrededor del año mil, los árabes que, mientras, se habían agenciado este “prodigio” lo transmitieron a españoles e italianos.
Precisamente, en Italia, la fabricación del papel se difundió con una gran rapidez, con la aportación también de grandes progresos desde el punto de vista técnico, respecto de los primeros métodos experimentados por los chinos.
Una de las industrias papeleras italianas más famosas y longevas es la de Fabriano, de la que se empiezan a tener noticias a partir del año 1283, aunque tampoco faltan restos de fábricas de papel en Prato, Lucca, Amalfi, Venecia, Modena y Cividale del Friuli.
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Si te interesa ahondar en la historia del papel, puedes ver el documental de National Geographic Papel, una historia infinita.